Alquilé el pisito a finales de verano. Una ganga. Con las tormentas, la playa queda desierta. Desde la terraza las vistas son impresionantes. El vermú en una mano, el bolígrafo para corregir mi novela en la otra. Solo el rumor de las olas. No hay vecinos. Los inquilinos anteriores han olvidado toallas y bañadores en el tendedero. También un cubo y una pala para hacer castillos de arena. Temo que su despiste haya sido peor. Al caer la noche, alguien llora al otro lado de la pared.
Ana
[Nota. Este micro lo escribí en la tercera ronda del «IV Maratón de Microrrelatos Valencia Escribe-Massalfassar». La propuesta era escribir en media hora un relato de no más de 100 palabras que terminara con las palabras «alguien llora al otro lado de la pared». Y aquí me quedé… ya no fui a la última ronda…]