El primer viernes de septiembre de 2015 empezamos, titubeantes, el reto. Queríamos escribir, de manera periódica, y sin dejarnos vencer por la pereza ni el desánimo. Una y otra, alternas, apoyándonos, animándonos, hemos conseguido, semana tras semana acudir puntuales a la cita y dejar relatos, creemos, muy dignos. Hemos explorado diversos géneros, aunque algunos han sido más recurrentes. Nos hemos mantenido en torno a la peligrosa frontera de las mil palabras, para no cansar los ojos de nuestros lectores. Esos que han aparecido a veces en lugares tan remotos como México o Colombia.
El último viernes de agosto celebramos el relato 52, con satisfacción y con pena. ¿Y ahora qué? Reto conseguido. ¿Lo dejamos, como si nada? ¿Seguimos, sin descontarnos?
Nos han llegado muchos mensajes de apoyo. Nos han dado diversas ideas. Así que, tras una profunda reflexión y una reunión de trabajo, hemos decidido seguir, ponerle un epílogo a este proyecto o empezar una segunda parte. Iremos viendo. Queremos hacerlo más interactivo, pedir ideas, aceptar colaboraciones. Lo iremos anunciando en su momento. Y contamos con la participación, esta vez más activa, de Ginés, nuestro mentor y amigo.
Gracias a todos y cada uno de los que alguna vez nos habéis leído. Esta semana cerramos por reformas. La que viene, aquí estaremos.
Ana y Amelia
Ha sido muy interesante seguir cada semana vuestros relatos, que han sido más que dignos.
Esperaré vuestro nuevo proyecto. Saludos. Pedro
Me gustaMe gusta
Gracias, Pedro. Lo que más nos llena de orgullo es sentir la presencia de seguidores como tú. No te defraudaremos.
Me gustaMe gusta
Como de costumbre las palabras se me hacen pequeñas y la opinión parcial al hablar de este proyecto. Agradecido, animado, animador y comprometido con lo que está por venir. Decir enhorabuena es poco, además, debería ser enhorabuena x 2. La voluntad, el tesón y vuestro talento han sido las baldosas amarillas hasta el reino de Oz. Parada y fonda, la aventura continúa. Un merecido brindis virtual previo al otro, al de verdad. Va por ti también, Ray Bradbury. Salud.
Me gustaMe gusta